La leche materna es el mejor tipo de alimentación para un niño durante los primeros cuatro y seis meses de vida. Auque actualmente es difícil amamantar al bebé debido al régimen de vida actual y al trabajo fuera de casa de la madre, que son dos grandes factores que dificultan en gran medida mantener la lactancia materna de manera exclusiva.
Las ventajas de que nuestro bebé tome el pecho son muchas, ya que por ejemplo no precisa de ser calentada ni esterilizada. Además el hecho de amamantar al niño crea unos lazos de unión, es decir, una especie de relación entre madre e hijo inexplicable. La leche materna tiene la composición ideal para nutrir y proteger al niño, y además favorece su digestión y absorción. La leche materna debemos recordar que contiene anticuerpos y células protectoras contra la infección, de manera que proporciona una defensa al niño muy tranquilizante para nosotras, las madres. Y es que la leche materna tiene una composición ideal para nutrir al niño, para ser digerida y tolerada. La composición de las proteínas de la leche materna es diferente respecto a la de la leche de vaca.
Los niños alimentados con el pecho no precisan de un aporte extra de líquidos, con la lactancia materna, les basta. Incluso en caso de que nuestro bebé presente diarrea no conviene la administración de agua, pues el niño dejaría de hacer buenas tomas de pecho y estaría peor nutrido. La introducción de alimentos sólidos se realiza a partir de los cuatro y seis meses, si no se realiza y el niño sigue siendo alimentado exclusivamente con la lactancia materna, su nutrición llega a ser inadecuada, siendo deficitaria en proteínas, hierro y cinc.
¿Cómo iniciar la lactancia materna?
Tras el momento del parto puede pasar un tiempo hasta que la madre tiene la subida de la leche. Por eso aunque no haya producción de leche en un principio, es importante poner al niño al pecho las primeras doce horas tras el parto, para que así succione y estimule la subida de la leche.
Inicialmente se produce un tipo de leche, denominado “calostro”, que presenta un alto contenido en proteínas. Al principio se produce muy poca cantidad de calostro y la madre puede tener la sensación de que su leche no alimenta al niño, pero eso no es así. Por tanto, es importante no preocuparse en este momento de eso, pues aunque el calostro nunca es abundante, es una fuente importante de defensa y además le ayuda en su desarrollo. Posteriormente, la succión del niño va estimulando progresivamente la mayor producción de leche, y las características de ésta van cambiando, siendo más rica en materia grasa, más nutritivas y saciando más al niño.
En algunos casos, la producción inicial de leche tarda unos dos o tres días. Las mamas se endurecen, son dolorosas y es el momento adecuado para iniciar la succión y estimular el flujo de leche. En estos casos se puede intentar favorecer la succión extrayendo leche y poniendo compresas calientes antes de las tomas, para que se produzca una congestión excesiva que favorezca la succión que inicia nuestro bebé.
¿Cuál es la postura adecuada para darle el pecho a mi bebé?
Es importante que la madre esté tranquila y sentada en un lugar cómodo o tumbada sobre un brazo. Se debe realizar previamente un lavado de manos correcta y también lavar los pezones sólo con agua. El niño tiene que estar colocado sobre el brazo contrario a la mama de la que va lactar, de manera que la cabeza y la boca estén cerca del pezón. Se debe sujetar el pezón entre los dedos índice y pulgar para que el niño pueda sujetar bien el pezón, que éste no se mueva y así pueda succionar bien.
Inicialmente hay una succión rápida, se produce una salida de leche rápidamente, no nutritiva; pero posteriormente hay una succión más lenta, que vacía completamente de leche los conductos. Se debe dar cada pecho unos diez minutos aproximadamente, el niño puede quedarse dormido, por lo que se recomienda cambiarle de pañales entre pecho y pecho si esto sucede, para así despertarle y que no succione más aire del debido. Habitualmente, se empieza cada vez por un pecho distinto para que el niño llegue a vaciar totalmente cada uno.
¿Con qué frecuencia le doy el pecho?
Lo mejor es la administración de las tomas a demanda de nuestro pequeño, sin usar unas pautas rígidas, sino que somos nosotras las que debemos adaptarnos al niño (pero aproximadamente son unas ocho o doce tomas al día). Durante las primeras semanas no conviene que el niño esté más de tres o cuatro horas sin comer, por lo que si el niño no se despierta, o no llora conviene darle la toma cada tres o cuatro horas.
Casos en los que se debe suprimir la lactancia materna
La lactancia materna deberá eliminarse cuando la madre presenta una enfermedad materna grave, en este caso ni siquiera debe iniciarse la lactancia materna. Muchas veces la madre debe tomar la decisión de no empezarla cuando el niño presenta algún tipo de malformación que dificulte la deglución, cuando el bebé es un gran prematuro o cuando aparece un absceso mamario (en este caso concreto, se debe vaciar esa mama, y no utilizar la leche, hasta que el proceso infeccioso se resuelva y el médico lo autorice). Pero por ejemplo no es necesario dejar de dar el pecho cuando aparece una inflamación en la zona mamaria (aunque la madre presente fiebre o escalofríos), o cuando la madre tenga grietas en el pezón. En estos casos conviene continuar con la lactancia materna, (siempre que no sea demasiado doloroso para la madre). En caso de la aparición de grietas basta con la aplicación de pomadas específicas para evitar el empeoramiento de las lesiones. Es muy importante que si la madre precisa algún tipo de tratamiento farmacológico, se consulte previamente para ver si el fármaco afecta a la leche, y en caso de que así sucediera, debe preguntar al farmacéutico o leer bien el prospecto por si tuviera algún efecto sobre el niño. Y por supuesto durante la lactancia materna se contraindica la ingesta de alcohol, alimentos excitantes (como el café), tabaco, nicotina, sustancias de abuso entre otras
Fuentes:
http://www.aepap.org/familia/biberon.htm
Ángeles Partido Domínguez aporta a este blog sus experiencias, consejos y sabiduría que están a su alcance, ya que es madre desde hace veintidós primaveras.