domingo, 26 de diciembre de 2010

Alimentación complementaria


 Según el niño va creciendo y madurando su sistema digestivo es capaz de metabolizar nuevos alimentos, además el niño empieza a descubrir sabores, texturas, le gusta probar comidas nuevas, quiere imitar a los adultos, coger la cuchara ...

El momento apropiado para introducir los alimentos sólidos es hacia los cuatro o los seis meses de edad. La alimentación del niño pasa de basarse exclusivamente en la leche materna o en la fórmula artificial y empieza a ser complementaria con nuevos alimentos, que le proporcionarán el aporte adecuado de proteínas e hierro que precisa para esta nueva etapa del desarrollo.

La introducción de los alimentos debe hacerse siempre de manera progresiva. Al principio se le debe administrar en pequeñas cantidades. Cuando se ha empezado a probar un alimento nuevo no se debe introducir otro distinto hasta pasado unos siete o quince días para descartar la presencia de alergias alimentarías de una manera clara.

En el momento de la comida hay que hacerle comprender al niño que es un momento para estar sentado, durante un tiempo razonable y limitado, en el que él sólo tiene que acabar comiendo.


Hay que seguir siempre las recomendaciones del pediatra para la introducción de los nuevos alimentos, y tener en cuenta ciertos factores. Los primeros alimentos son los cereales, al principio se recomienda utilizar sólo cereales de un solo grano, mezclándolos con la leche inicialmente para después hacerlo con agua, zumo o fruta (más conocido como papillas). Luego introduciremos las frutas, que primero se administra en forma de zumo, para ello se recomienda no añadir azúcar (para no favorecer la aparición de caries). Ya en el quinto o sexto mes, se añade la fruta a las papillas. Primero se introduce las frutas jugosas como la naranja, el plátano, la manzana y la uva. Más tarde introduciremos las verduras, al principio en forma de caldos y a partir de los seis meses en forma de purés. Que además puede ser complementadas con carne. La carne se administra cocida, con el puré. Primero se introduce el pollo, para luego pasar a la ternera y al cordero. Después introduciremos el pescado, primero comenzaremos con los blancos como la merluza, el gallo o el lenguado. Posteriormente de manera más tardía administraremos a nuestro pequeño los huevos, primero la yema cocida, aproximadamente a los nueve meses de edad, y más tarde la clara, hacia el año. Y los últimos alimentos que le daremos será el yogourt, las legumbres (en forma de caldo al principio y luego en puré, y comenzando con las lentejas), luego el queso, la mantequilla, etc. En general, no se recomienda añadir aditivos a la comida que le preparamos a nuestro pequeño como la sal, la miel o la sacarina.

Progresivamente, a nuestro pequeño le trituraremos menos los alimentos, según la capacidad de masticar del niño, del número de dientes que tenga, etc. Entre los doce y los veinticuatro meses se van abandonando de forma progresiva las papillas. Ya que hacia los catorce meses puede ir tomando alimentos que sean blandos, enteros y sin triturar. El niño irá poco a poco queriendo imitar a los adultos, aprenderá a usar los cubiertos y preferirá usar el vaso en vez del biberón, pero algo importante es que siempre debemos mantener la administración de la leche.

Fuentes:
http://www.elbebe.com/index.php/es/alimentacion/alimentos-solidos/como-comer
Ángeles Partido Domínguez aporta a este blog sus experiencias, consejos y sabiduría que están a su alcance, ya que es madre desde hace veintidós primaveras.


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