lunes, 6 de diciembre de 2010

Cólicos en la edad del lactante



Los cólicos del lactante son repentinos, de llanto intenso y que suelen aparecer habitualmente por la tarde, pueden durar desde minutos hasta horas. El niño está aparentemente tranquilo, y sin más empieza el llanto intenso, agudo y asociado al encogimiento abdominal y enrojecimiento facial.

Este tipo de cólicos aparece básicamente en lactantes como su propio nombre indica, y pueden aparecer desde las dos primeras semanas de vida. Estos episodios de llanto es muy frecuente, sin que ello implique, que exista alguna patología grave.

No se conoce la causa exacta que provoca estos episodios de llantos, pero pueden influir diversos factores como conductuales, ambientales o gastrointestinales entre otros. Los lactantes que padecen estos cólicos son niños sanos, que no tienen ningún problema aparentemente, así que los padres no tienen por qué angustiarse. Pueden ser diarios y sin ninguna causa que lo explique, ni hambre, ni fiebre, ni dolor, etc.

Los episodios de llanto se asocian a inquietud e irritabilidad con encogimiento abdominal y al enrojecimiento facial, suele aparecer cuando el niño tiene estreñimiento pero no siempre es debido a esta causa. Estos episodios van disminuyendo en intensidad según va creciendo el niño y llega a desaparecer de manera completa hacia los tres meses de vida.

Existen muchas causas por la que puede producirse este llanto tan normal en la transición del lactante aunque puede deberse al hambre, al frío, a la necesidad de que le sostengan en brazos, a que tenga los pañales mojados, a dolor de oídos por el inicio de una infección como una otitis, a un dolor abdominal, etc. Un niño puede llegar a llorar hasta unas cuatro horas al día.

Cuando el niño presenta llanto repentino y agudo, su pediatra debe hacer una primera valoración, para descartar posibles causas de llanto no fisiológico y así los padre dormiremos más tranquilos.

Ante este llanto repentino que pueda tener nuestro bebé no existe ningún tratamiento para este problema. En estos casos lo importante es saber que el niño no padece ningún problema serio. Si se trata de calmar y no se consigue, se le puede dejar llorar hasta que el cólico se le pase. Aunque se puede tomar distintas medidas para intentar tranquilizar al niño; como acunarle, sostenerle entre los brazos, mecerle y tranquilizarle con palabras suaves, sujetarle de frente acunándole, darle un paseo en cochecito o incluso darle una vuelta en el automóvil. Pero también debemos asegurarnos que nuestro bebé realice una correcta alimentación sin comer de manera ansiosa y sin que trague demasiado rápido.

Aunque no es un problema para preocuparse siempre debemos estar pendiente de nuestro pequeño para intentar resolver sus problemas.

Fuentes:
httpp://yasalud.com/colicos-del-lactante/
Ángeles Partido Domínguez aporta a este blog sus experiencias, consejos y sabiduría que están a su alcance, ya que es madre desde hace veintidós primaveras.

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